Ayer, 16 de Febrero del 2012, la actual Ministra de Seguridad de la República Argentina (Nilda Garré) escribió en su muro de
Facebook :
Es lógico el ataque de Videla a Néstor Kirchner en el reportaje que ofreció a una revista española. Néstor fue el único capaz de romper el nudo gordiano de la impunidad de los crímenes del terrorismo de Estado. Videla es parte de una embestida de sectores que aborrecen la política de defensa irrestricta de los Derechos Humanos iniciada por Néstor Kirchner y avalada hoy desde los tres poderes del Estado Nacional.
En el marco de esta política y estos principios Néstor Kirchner primero y Cristina después también han sostenido una clara y permanente posición respecto a la no criminalización de la protesta social y a los límites a la acción policial en esas situaciones.
Por eso resulta paradójico hoy que sectores que no pueden acreditar esa coherencia nos acusen de vulnerar derechos y perseguir manifestantes y luchadores sociales.
En una primera lectura, casi desprevenida, nos queda en la cabeza una idea de defensa de los dos últimos presidentes contra los dichos de Jorge Rafael Videla, ex-presidente de facto y ex-comandante de las fuerzas armadas, en
una entrevista publicada el 12 de Febrero pasado. Debido a las atrocidades cometidas por las distintas Juntas Militares durante esos años, irremediablemente, nos produce un repudio a lo que cualquiera de sus integrantes pueda decir. Embadurnados en ese repudio prácticamente nos resbala en un minimalista tercer párrafo.
Este último alude, inequívocamente, a las denuncias de tareas de espionaje por parte de Gendarmería (ver artículos de
Página/12 y
La Nación) implementadas a través del llamado
Proyecto X donde tareas de investigación del organismo alimentan un base de datos usada para posterior análisis en causas judiciales y de apoyo a Unidades Operativas. El nudo de esta denuncia apunta a la investigación de líderes sindicales, gremiales, etc. expresamente violando la
Ley de Inteligencia donde se salvaguarda la realización de tareas de inteligencia por la simple asociación a partidos políticos, organizaciones sindicales, sociales, etc.. Remarco los puntos de coincidencia entre este párrafo y la citada ley :
Por eso resulta paradójico hoy que sectores que no pueden acreditar esa coherencia nos acusen de vulnerar derechos y perseguir manifestantes y luchadores sociales.
Digamos que se mezclan dos cosas en un mismo texto donde se produce un maridaje entre ambos, una polinización, que hacen que uno sea la defensa del otro. No puede negarse que decir solamente yo hago las cosas bien no es prueba de nada, no tiene fuerza en si misma, debo mostrar elementos probatorios sobre que realmente estoy haciendo las cosas bien. Un ejemplo de esto mismo es asociar la vehemencia con la que se establece una afirmación, o negación, con su valor de verdad (dicho de otra forma por gritar más fuerte no se tiene más razón ). Asimismo un modus operandi no es prueba de culpabilidad o inocencia aunque si ayuda a seguir una línea de investigación y sólo es útil cuando esta línea abarca todos los hechos en conjunto; seleccionar sólo un conjunto que responda a cierta forma de actuar y descartar otros que no la cumplen no ayudan a esclarecer las cosas.
Son dos temas distintos y deberían tratarse como tales : uno la defensa de dos personas ante los dichos de una tercera y el otro la defensa ante una acusación grave sobre la vulneración de los derechos y garantías de los habitantes de la Nación.
Como para terminar hay algo que llama la atención y es que no se hace mención explícita del problema en cuestión, de los actores involucrados o siquiera de la causa judicial sobre todo siendo el segundo tema es más fuerte que el primero (una acusación de revanchismo vs. una presentación a la justicia por presunta violación de derechos).